“Es positivo que haya portales de datos abiertos por muchas razones: sociales, económicas… Poca gente duda sobre eso. Pero sí es cierto que en España, como ha pasado con otras cosas, cuando se trata de construir somos despilfarradores. Y hay que tener en cuenta que cuando las cosas se hacen sólo por moda se abandonan», continúa. «El portal no sirve de nada si inviertes cien mil euros y no lo mantienes. Si nos ponemos a abrir portales como setas pasan cosas como la de Córdoba. Abrir un portal requiere una responsabilidad de continuidad”. Civio también ha criticado que se abran portales open data «como aeropuertos sin aviones». El fin de estos portales es ser un catálogo de información (no sólo de gastos e ingresos políticos, sino de cualquier servicio público, como el tiempo, transporte o farmacias de guardia) que dejan los departamentos públicos en formato reutilizable (no pdfs imposibles); el sitio al que sepas que puedes ir a buscar sets de datos o a pedir los que quieres pero aún no están. Desde que en 2009 Reino Unido y Estados Unidos lanzaron sus portales nacionales, la tendencia ha calado en muchos países, España incluida. “Y no siempre hace falta un portal: antes está que publiques bien la información”, considera David Cabo, fundador de Civio. Abrir datos es algo más complejo que montar una web: primero habrá que tenerlos y ordenarlos y eso requiere cambios en los procesos de los departamentos públicos. ¿Cómo lograr que el entramado administrativo lo haga bien a nivel local, regional y nacional? El método es joven y no está del todo resuelto en ningún sitio, pero hemos hablado con varios expertos para que nos expliquen lo que, hasta la fecha, han aprendido.
Accede el artículo completo aquí