madurando 2.0 (o perdiendo la vergüenza, que es lo mismo)

Uno de los motivos por los que decidí cambiar de blog, como decía cuando anuncié que “reiniciaba la actividad, con carcasa nueva”, es que quiero divertirme y ser más espontáneo. Para ello, lo primero que me propuse fue:

  1. Ser más escueto, nada de post interminables. Quiero frescura, y si viene en frascos pequeños, mejor que mejor.
  2. Nada de complicarme la vida buscando la foto ideal para lo que quiero expresar. En mi corta experiencia como blogger me he dado cuenta de que pierdo mucho tiempo en ello y tampoco noto que añada valor. Así que fuera!! Fotos e imágenes las precisas. Sólo pondré las que de verdad me vengan bien y siempre que las tenga a mano.

En esto de lo 2.0 voy aprendiendo cada día. Y ahora me he dado cuenta de que con demasiada frecuencia, inconscientemente he escrito pensando en algún post que me había interesado, algún debate que había surgido en twitter o en algunos de mis blogs favoritos. Y no. Me he dado cuenta de que no me gusta escribir así. Yo quiero escribir para mí. Alguna vez podré contribuir en algún debate de la blogesfera, pero prefiero leer a los maestros y comentar en sus casas. Mi blog es el blog de un aprendiz. Y como tal quiero ir tomando notas de lo que vaya aprendiendo. ¿Y dónde mejor que en un cuaderno de bitácoras? ¿No era ese el sentido inicial de los blogs? Pues eso, que mi blog será mi cuaderno de apuntes.

Y ya que esto serán mis apuntes, ¿quién no ha prestado alguna vez sus apuntes al compañero despistado, al que no asiste a clase o al que empieza más tarde? Es decir, al «perdio«. Ese es el sentido que quiero darle a todo esto. Si yo soy un aprendiz, y aquí voy tomando apuntes, ¿por qué no prestárselos a mis colegas?

Pero claro, para poder prestarles mis apuntes a los colegas, primero deben saber que esto existe. Sin embargo, dudo de que alguien cercano sepa de la existencia de este blog. Que ¿por qué? Porque he marcado una frontera entre mi vida real y la 2.0. Llámalo timidez, gilipollez o lo que quieras (algún día explicaré el principal motivo por el que decidí separar ambas realidades). Pero es así… hasta ahora. Porque he decidido que ya es hora de ir madurando en la vida 2.0. Ya es hora de ir perdiendo la vergüenza. Seré el geek, el friki, el rarito, o lo que quieran, pero si consigo que algún colega vaya entrando en el mundillo, vaya aprendiendo algo de lo que yo estoy aprendiendo, creo que habrá merecido la pena.

Así que, este soy yo: David R. Jordan, un funkzionata de universidad que descubrió la web 2.0 hace poco más de dos años; y eso que utilizo internet de forma constante desde 1.994 (prácticamente desde el inicio del boom en España). Un funkzionata que para separar su vida real de la virtual decidió firmar con el apellido materno, y dejar el paterno oculto tras la inicial. Y así va a seguir; todo tiene su por qué. La R es la inicial de Rey, mi primer apellido. Y la verdad, para un agnóstico como yo, ya es suficiente soportar frecuentes comentarios de índole religiosa cuando entrego mi tarjeta de crédito o doy mi nombre para hacer un pedido, como para soportar lo mismo multiplicado por la enésima potencia al firmar con él en la web. Además, me apetecía rendirle un pequeño homenaje a mi madre. Me dio la vida, ha estado a mi lado en los momentos más dulces y más amargos de mi vida, y siempre a la sombra, sin ni siquiera relucir la parte de mi nombre que nos vincula, que nos une. Mami, en la web soy tuyo; en la vida real tú sabes que también, pero aquí es así porque lo elijo yo 😉

Es verdad, decir funkzionata de universidad sin especificar en cuál, no es decir mucho. Mi Uni es la Pablo de Olavide, de Sevilla. En la UPO, como la conocemos coloquialmente, desempeño un puesto con un nombre un poco redundante: “técnico de unidad de informes y trabajos técnicos” en el Área de Postgrado, aunque adscrito a Gerencia. ¿Qué hago? Pues soy el responsable de la unidad técnica de postgrado, asumiendo la coordinación de la gestión de la calidad de los títulos oficiales de postgrado, prestando apoyo técnico al Vicerrectorado de Postgrado y asesorando a las direcciones de los Títulos oficiales de postgrado en el proceso de verificación, o lo que es lo mismo, en su adaptación a Bolonia según el modelo elegido en España. Me toca por tanto lidiar entre Vicerrectorados (además del de Postgrado, con el de Calidad, algo con el de TICs y últimamente también con el de Profesorado), Directores/as de Másteres y Doctorados, Agencias de Evaluación y Ministerio de Educación.

Pero esto es desde hace un año y medio. Antes mi mundo en la Uni eran los números. Durante siete años trabajé en el Área de Gestión Económica. Guardo muy buenos recuerdos y echo de menos la piña. Aquí fue donde descubrí el mundo de los blogs gracias a unas jornadas sobre facturación electrónica con la participación de Bartolomé Borrego. Después llegó Antonio Arias, a quien tuve la suerte de poder desvirtualizar, primero como evaluador externo y después en un seminario sobre ejecución presupuestaria.

Pero mi gran descubrimiento fue el blog de alorza e Iñaki, Administraciones en Red y el de Carlos Guadián, K-Government. Gracias a ellos desperté un gran interés por el Open‑Government, hasta tal punto que buena parte de las propuestas que recogí en el proyecto que presenté en el concurso para el puesto que ocupo, están inspiradas en sus ideas. Pero sobre esto ya escribí en mi anterior casa (gestión universitaria 2.0).

Antes de ser funcionario me curtí en la privada: primero como técnico de informática, después como emprendedor, jefe de administración y por último como formador. ¡Buff, cómo pasa el tiempo!

Mi trabajo, con el actual proceso de adaptación de las enseñanzas y la implantación de los sistemas de calidad, me ocupa mucho tiempo y energías, demasiadas. Además están los estudios; intento terminar Ciencias Empresariales por la UNED. Y lo que es más importante, la familia. Tengo dos hijas, de 8 y 5 años, y como la madre, me tienen perdidamente enamorado. Sumando todo esto, el tiempo que puedo [quiero] dedicar a la vida 2.0 es muy limitado. Será estacional. En épocas de exámenes, como ahora, será prácticamente nulo. En época estival, sólo cuando me apetezca y disponga de conexión. Qué me queda, pues unos cuantos meses sueltos. Pocos, pero suficientes para disfrutar. ¿No crees?

6 comentarios en “madurando 2.0 (o perdiendo la vergüenza, que es lo mismo)

  1. @Antonio

    Tienes razón… cómo me he enrrollao!! Y eso que me corté un poco, y dejé sólo una mención a los blogs por los que me inicié… Si llego a seguir… 😉

    Vaya, no sabía que también estabas estudiando… ¿Cómo consigues llevarlo tó’pa’lante?

    Gracias por pasarte por aquí. Seguimos leyéndonos

    Un saludo y suerte con los exámenes.

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  2. Pues me gusta mucho tu nuevo enfoque, mi bienvenida al nuevo David. Aunque para querer post mas cortos éste no te ha quedado mal :-p. Nos seguimos leyendo. Ánimo con los estudios, que hasta en eso coincidimos.

    Un saludo.

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