De la indiferencia y la indignación, al compromiso (I)

El otro día presentaba por aquí la iniciativa OpenGov en la que he estado trabajando últimamente: un modelo participativo para la elaboración y seguimiento del Plan Estratégico de la Universidad Pablo de Olavide.

Para analizar el propósito de la iniciativa, cuando me propusieron colaborar en el diseño de la plataforma participativa, me inspiré en tres aspectos:

Empiezo hoy a desgranar el primero.

De la indiferencia y la indignación, al compromiso

Probablemente si hace unos años hubiésemos analizado la postura de las personas que trabajan en el sector público frente a la necesidad de cambiar o no las estrategias públicas para mejorar la coordinación y gestión, nos habríamos encontrado con cierta indiferencia en muchas de ellas. Sin embargo, la actual coyuntura está suponiendo un revulsivo contra la indiferencia. La cultura del miedo se ha instaurado en nuestra sociedad y, en el peor de los casos, la postura de una parte de los profesionales ha cambiado a la de “virgencita que me quede como estoy”. Por suerte, la otra parte ha pasado a la indignación.

La indignación, nos da esa fuerza y energía que da la rabia de la injusticia, para pasar a rebelarse primero y comprometerse después, en la búsqueda y creación de alternativas (Díaz Méndez, 2013). Estamos por tanto ante una oportunidad para involucrar a todos y todas en la búsqueda de la mejor estrategia, y no conformarnos con hacer menos de lo mismo ante la minoración de recursos.

Diagnóstico pegado al terreno

El primer paso para buscar el compromiso de las personas es entender y analizar la situación en la que se encuentra la institución en la que desarrollan su actividad.

La ayuda de expertos externos es valiosa para el asesoramiento en el diseño de la estrategia. Pero el análisis del diagnóstico del punto de partida debe ser realizado por personas de la propia organización. Se trata de que cada persona sienta que se parte de un conocimiento real de los problemas a los que se enfrenta la organización.

Es conveniente un fuerte liderazgo que refleje la importancia de involucrar a todas las personas, y que la gestación de la nueva estrategia parta de una filosofía compartida por todo el equipo de dirección.

Nueva visión y objetivos

Una vez aclarada la filosofía que inspira el cambio de estrategia y definida una estructura vertebradora, es el momento de trazar el camino hacia el que se quiere reconducir la organización.

Para ello se debe consensuar la visión, como situación ideal en la que debería encontrarse la institución al finalizar la vigencia del Plan Estratégico, y los objetivos que conduzcan hacia ella.

Diseñar un plan estratégico 2.0 (transparente y participativo)

El nuevo planteamiento para la elaboración del Plan Estratégico, basado en los postulados del Gobierno Abierto, es lograr que quienes componen la comunidad universitaria, ya sea como grupos de interés, ya sea a título individual, se identifiquen con el Plan Estratégico de la Universidad como premisa para que su puesta en marcha y ejecución sea lo más efectiva posible. De esta forma, se busca que el Plan Estratégico que se someta a la aprobación del Claustro no quede sólo en un Plan del equipo de gobierno sino que refleje lo más ampliamente posible a la comunidad universitaria.

Teniendo claro que se busca el compromiso del mayor número de personas posible, es lógico y deseable incorporar al debate no sólo a los miembros de la comunidad universitaria (estudiantes, egresados/as, PDI y PAS), sino también a toda la ciudadanía activa y los movimientos sociales del entorno. De ahí que se abra el proceso incorporando los principios del Gobierno Abierto (transparencia, participación y colaboración), facilitando así acceso a toda la información, propiciando la participación e implicación de todos y todas y rindiendo cuentas de todo el proceso.

Por ello, además de los encuentros presenciales en los que comunicar la estrategia y recoger propuestas e ideas de los distintos grupos de interés, es interesante en una segunda etapa habilitar mecanismos no presenciales a través de los cuales se facilite y expanda la participación y el debate.

4 comentarios en “De la indiferencia y la indignación, al compromiso (I)

  1. Creo que “De la indiferencia y la indignación, al compromiso” expresa claramente el único mecanismo no traumático que logra “romper el hielo”, y permite que la transformación sea posible. En un interesante trabajo de John P Kotter plantea como se crea el clima para el cambio, en la secuencia VER > SENTIR > CAMBIAR. Yo digo que la masa crítica para un proceso de transformación se logra cuando una comunidad logra sentir colectivamente una imperiosa necesidad de cambio.

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    • Gracias Gustavo por comentar. Tu trabajo está sirviendo de inspiración para esta iniciativa en la que ando; tengo preparada alguna referencia en próximas entradas.
      Reconozco que aún tengo pendiente de lectura a Kotter. En mi lista de libros a conseguir está: «gestión del cambio» [John Kotter … et al.], Deusto, cop. 2001. No sé si será el más interesante. ¿Me recomiendas otro?

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      • David, también recomendaría usar conceptos de la “Planificación Estratégica Situacional” de Carlos Matus. De Matus aparte de los momentos de la planificación, rescato, entre muchos otros temas :
        – el mapeo y análisis de actores para analizar posibles escenarios de cambio
        – el criterio de “alto valor” para resolver las pujas de centralizar o descentralizar
        – los niveles 3 de innovación en la resolución de problemas
        Mucho de estas ideas y quien sabe ya cuentas otras las he metabolizado en lo que he dado en llamar “INNOVACIÓN RESPONSABLE” que está en http://bit.ly/UJHWbq con esto trato de poder hacer «cambios con sentido», sustentables y de los que no tenga que arrepentirme.

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        • Gracias de nuevo Gustavo.
          Tomo nota de la referencia a la obra de Matus.
          No conocía «Innovación Responsable». Acabo de ver la presentación y es muy interesante. Estaré atento a tu blog por si vas ampliando la información, sobre todo de la interrelación entre las distintas jerarquías de necesidades.
          Un placer tenerte por aquí. Nos leemos!

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