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25 formas para mejorar tu productividad en la oficina | @DavidTorne

¿Hay alguna vía para mejorar mi calidad de vida en la oficina? Quiero rendir más pero no puedo, me ahogo al afrontar mis responsabilidades… El mundo del trabajo es una jungla, y para aquellos que lo desarrollamos haciendo uso del conocimiento topamos con multitud de circunstancias que nos llevan al estrés como consecuencia de un trabajo mal ejecutado, o una rutina nada equilibrada.

No hay una respuesta fácil, a menudo los problemas tienen un fondo que necesita de tiempo y esfuerzo para hallar una solución real, pero para empezar he confeccionado una guía de 25 puntos que pueden ayudarte a marcar la diferencia. La gran mayoría no suponen un gran esfuerzo, se pueden aplicar de forma sencilla e inmediata.

Puedes leer el artículo en http://blog.davidtorne.com/es/2013/09/25-formas-para-mejorar-tu-productividad-en-la-oficina/?utm_source=feedburner&utm_medium=feed&utm_campaign=Feed%3A+esdavidtorne+%28David+Torn%C3%A9+en+2.0+%29

El precio del caos

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El precio del caos

¿Qué precio hay que pagar por vivir inmersos en el caos? El desorden, la acumulación de asuntos pendientes, la falta de organización… ¿cuánto nos cuesta?
Durante unos meses me he dejado engullir por el caos. Dejé de actualizar mi sistema de organización y se volvió inútil. Lo hice conscientemente y no lo voy a negar, he disfrutado del caos. Una vez lo asumí, encontré la forma de saborear esa sensación de no tener seguridad sobre qué hacer.
Quizás, el saber que era una situación temporal, que terminaría en el momento en que decidiese volver a mi estado, ya natural, me ha ayudado a percibir el aroma de la despreocupación.
Estos meses me han ayudado a tomar consciencia de en qué fallo, qué es lo que me hace desvanecer cuando las cosas se complican, qué es lo que sobra, por dónde puedo simplificar.
Me ha servido, sí. He exprimido el caos de la forma que he querido. Pero también he pagado un precio: proyectos paralizados, compromisos olvidados, distracciones continuas… Si pudiera cuantificarlo, ¿cuál sería su valor?
Y esto me ha hecho pensar… ¿cuánto pierden las personas que viven permanentemente en el caos?, ¿y las organizaciones repletas de estas personas?, ¿cuánto perdemos como sociedad?
No sé, será el caos… o tal vez las altas horas de la madrugada… Mejor, no pensemos, disfrutemos del caos… hasta que dejemos de hacerlo, ¿o será ya demasiado tarde?

De la indiferencia y la indignación, al compromiso (II)

Continúo desgranando el análisis descriptivo del que partía para diseñar la plataforma de participación en la elaboración y seguimiento del Plan Estratégico de la Universidad Pablo de Olavide.

En las entradas anteriores comentaba que, para conseguir pasar de la indiferencia y la indignación al compromiso, habría que realizar un diagnóstico de la situación pegado al terreno, fijar una nueva visión y objetivos y diseñar un Plan Estratégico 2.0. En esta entrada me voy a centrar en para qué y cómo conseguir el compromiso de las personas.

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