pringarse o no pringarse… esa es la cuestión

Aviso: va sobre mis neuras… y encima de consumo interno.

Pues sí, estoy en medio de un mar de dudas. Con el anuncio de la convocatoria anticipada de elecciones a Rector en la UPO, hay quienes están empezando ya a esbozar un nuevo relato sobre el futuro de la Universidad. Hoy precisamente he asistido a una reunión con un par de miembros de un grupo que está gestando una candidatura. A la reunión estábamos convocados todos los claustrales representantes del Personal de Administración y Servicios.

En esta reunión he subrayado, por un lado, la importancia de una propuesta formulada por una compañera sobre el mantenimiento efectivo de cauces de participación directa y, por otro, la delicada situación del PAS para señalarnos implicándonos en la redacción de un programa concreto. Y es que a los técnicos (el PAS) nos toca trabajar codo con codo con el equipo que salga elegido; sea el apoyado o no.

Sin embargo, no puedo dejar de pensar en que, con lo difícil que resulta a veces hacernos oír, sería desaprovechar una oportunidad para plantear directamente a las personas que posiblemente dentro de poco dirijan los hilos, las ideas en las que creemos.

Llevo tiempo participando en la blogesfera pública debatiendo ideas que pueden mejorar las Administraciones Públicas. Si me he implicado con un grupo de funcionarios a los que no conocía personalmente (a algunos aún hoy no he tenido el gusto de desvirtualizarlos) en la redacción de un Manifiesto que han suscrito personas de toda España o, más recientemente, en una propuesta que está dando sus primeros pasos para proponer una Administración más simple (simpleGov), ¿no voy a implicarme en algo que me toca de cerca?

Me siento comprometido con la Institución a la que pertenezco. Me da exactamente igual quiénes sean las personas que vayan a gobernar la Universidad. Lo que quiero es que quienes lo hagan incorporen a su gestión ordinaria los principios de los que tanto hablamos los funkzionatas: participación, colaboración y transparencia.

Así que me temo que sí, que me tengo que pringar. Y ya que me pringo, estaría encantado de pringarme dos y tres veces. Estaría encantado de proponer mis ideas a todas las candidaturas que se presten a escucharme.

Y tú, ¿te quieres hacer escuchar o piensas que estoy loco?

5 comentarios en “pringarse o no pringarse… esa es la cuestión

  1. Querido David:
    el problema es para qué se nos ha reclamado en esta ocasión y creo que en nuestro afán representativo nos estamos equivocando. Se nos pide apoyo para elaborar un programa electoral concreto, y por tanto una inclinación del voto posterior y no una consulta de cuales son los problemas del colectivo y que después los distintos candidatos busquen soluciones. Por tanto pienso que «la pringada» o «el pringamiento» debe ser individual y no como colectivo, y menos como representantes elegidos para otra cosa.
    Otro Claustral en duda.

    Me gusta

    • Totalmente de acuerdo Manolo. La implicación en un programa no la concibo en representación de nadie. Tampoco creo que en un programa electoral se trate solo de incluir propuestas para solucionar los problemas de un colectivo concreto. No me siento yo con capacidad para saber cuales son. Para ello hay organos (como la Junta de Personal o el Comité de Empresa) que deben encauzarlos.
      Mis propuestas irán enfocadas a la mejora de la Institución, especialmente en su modelo de gestión y gobernanza.
      Gracias por tu comentario colega claustral. Espero verte por aquí más veces 😉

      Me gusta

  2. No estás loco, David. Tu planteamiento es muy coherente.

    Eso no quita que después, de vez en cuando, tengas momentos de crisis en los que desearías no haberte » ;-).

    Pero hay que probar, porque lo peor es quedarse con la duda.

    Me gusta

    • Muchas gracias Iñaki. Valoro mucho la opinión de mis maestros y especialmente la tuya; tú mejor que nadie conoces los pros y los contras de pringarse.
      Un abrazo.

      Me gusta

Deja un comentario