Ahora todo es participativo; a los responsables políticos y académicos, en el caso de la Universidad, se les llena la boca con este término. La definición de la estrategia para el futuro de la Universidad es participativa (Estrategia Universidad 2015), los planes estratégicos se elaboran de forma participativa, las reestructuraciones se deciden de forma participativa… Pero, ¿realmente es así?
Como ya he dicho en alguna ocasión por aquí, uno de los aspectos que más valoro de la entidad pública para la que trabajo, es la existencia de una canal interno de comunicación abierto a toda la comunidad universitaria. Se trata de una simple lista de distribución a través de la cual quienes trabajamos o estudiamos en la Universidad podemos expresar nuestra opinión abiertamente. Últimamente es frecuente su uso para informar sobre encuentros anti-Bolonia o expresar y debatir sobre la postura de cada uno respecto al proceso de convergencia al Espacio Europeo de Educación Superior.
Pero a lo que iba. ¿Podría considerarse la existencia de estos canales de comunicación instrumentos participativos? Creo que, de manera deliberada, se confunde la libertad de expresión con la participación. Me explico: supongamos que soy el responsable de elaborar un plan que guíe el desarrollo futuro de la Universidad. ¡Oh! Esto es importante, esto afecta a un montón de gente. Como no les guste lo que planteo, se me echan encima. ¿Qué hago? ¡Claro, el Plan tiene que ser participativo! Elaboro el documento, lo difundo y pido que me hagan llegar las sugerencias (pero, ¡ojo! que el que sabe lo que se tiene que hacer soy yo… a saber las barbaridades que van a proponer). Ea, pues que me manden por correo electrónico las sugerencias y… ya veré lo que hago con ellas. No, mejor lo vamos a hacer más moderno: voy a abrir un blog y que me dejen las sugerencias en los comentarios. Resultado: EL PLAN HA SIDO ELABORADO PARTICIPATIVAMENTE.
¿Es esto participativo? ¿No se está usando la participación para legitimizar lo que ya estaba decidido? El otro día participé en una reunión en la que esto quedó patente.
¿Tanto miedo da la elaboración participativa? Si de verdad se quiere implicar a quienes deben desarrollar lo establecido en un Plan, ¿no sería mejor que éste fuese elaborado contando con la opinión de todos?, ¿no podría elaborarse de forma colaborativa?, ¿no se conseguiría así una verdadera participación? Las nuevas tecnologías nos ofrecen multitud de herramientas que podrían facilitar esta forma de trabajar (wikis, gestores documentales, blogs…).
¿Acaso los miembros de la organización, o la misma sociedad, no es lo suficientemente madura para opinar sobre su futuro?
Creo que si de verdad se quiere emplear la participación en las decisiones estratégicas, como medio para facilitar la interiorización e implicación en su desarrollo, debe contarse con las personas al inicio y no al final del proceso. Mi propuesta: primero, realizar un brainstorming abierto sobre objetivos deseables, empleando bien un wiki o mejor una plataforma que permita votar las propuestas; después, el equipo encargado de elaborar el Plan, desarrollará los objetivos/líneas mediante el wiki, de manera visible y abierta a discusión.
@ocortes Efectivamente, es necesario ir generando una cultura de la participación. La participación debe tender a ser un compromiso, y no quedar como un mero derecho.
Pero si hay algo que me gusta de las herramientas 2.0 es, entre otras cosas, que permite realizar un seguimiento de las aportaciones de cada cual, facilitando la gestión del conocimiento.
Esto traducido a entornos «cerrados», a un grupo de trabajo de un proyecto concreto, en el que se trabaje de forma nominativa, permite controlar la participación efectiva. Si a esto le unimos unas reglas básicas del grupo y, como dices, algún tipo de estímulo, poco a poco la participación como método de trabajo debería tender a ser una realidad. (¡qué optimista soy!)
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Has apuntado algunos de los aspectos clave sobre la participación. Ahora bien, hay otro paso más, que me preocupa bastante: una vez creado un wiki, ¿quiénes van trabajar constructivamente sobre él? Porque «participar» así en general nos gusta a todos, se nos llena la boca con ansias infinitas de parcipación, pero cuando hay que arremangarse y aportar colaborativamente de verdad, ya son muchos menos. Me ha pasado alguna vez que la gente dice «yo quiero participar» y luego nada de nada. Lo que me refiero es que primero debe existir una conciencia cívica orientada a la participación, una educación en la participación, y unos estímulos para la misma. Son factores clave de los que, no siempre se habla.
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